BERLIN: 4 DÍAS PARA CONOCER LA HISTORIA Y LA CIUDAD
Nos
decidimos por Berlín siguiendo la idea de hacer nuestra ruta de las capitales
europeas, aunque esta es la única que hemos visitado en verano. Creo que no os
lo había comentado nunca, pero siempre hemos viajado por Europa en el mes de
noviembre, a excepción de este viaje que lo hicimos en Julio.
Hicimos
el viaje de por libre, visitando aquello que nos apetecía en cada momento,
aunque encontramos una compañía que hacían excursiones organizadas para grupos
españoles y decidimos hacer con ellos la visita al Muro de Berlín y otra más a
la población cercana de Potsdam.
Planteo
el viaje partiendo de la idea de pasar 4 días completos allí, aunque con un
poco de imaginación puede contemplarse la opción de incluir los vuelos en esos
días. Por supuesto y como siempre, nos hemos dejado cosas por ver allí por lo
que si se dispone de más días, hay múltiples opciones para llenarlos.
Voy a
intentar resumir todo lo posible para que no se haga eternamente extenso, pero
ya os adelanto que vimos muchas cosas y no me gustaría tener que prescindir de
hablaros de ninguna de ellas.
Antes de empezar con mi habitual descripción del
hotel y del recorrido y cosas a ver me gustaría comentaros que en Berlín nos
compramos la Berlín Welcome Card. Hay de diferentes precios, unas incluyen más
días, otras más zonas o más atracciones para ver. La tarjeta nos incluye
descuentos en los principales museos y atracciones de la ciudad, así como algún
descuento en tiendas y restaurantes. También nos incluye el transporte
ilimitado por la ciudad. Nosotros le sacamos mucho partido y por eso la
recomiendo para poder disfrutar de Berlín a mejor precio.
Al comprar la tarjeta nos dan una guía de bolsillo
con todo lo que nos incluye, un mapa de la ciudad y un mapa de los transportes
públicos. Se puede adquirir en el aeropuerto o en puestos de información
turística, aunque la opción más práctica es la primera, ya que así ya
disponemos de ella desde el principio.
EL
HOTEL
La
elección del hotel la basamos en situación. Siempre nos gusta que el hotel este
bien situado para llegar andado a los lugares principales, que tenga buena
comunicación con transporte público, pero que no esté en el bullicio del centro
centro de la ciudad.
En este
caso fuimos a parar al hotel Mercure Hotel Berlín am Alexanderplatz, situado
como su nombre indica en la Alexanderplatz. Las habitaciones son como mini
apartamentos y disponen de cocina por lo que es genial para poder plantearse el
modo low cost y cenar en el hotel algo rápido que hayamos podido comprar en un
supermercado. Solo llevábamos contratado el desayuno, y el que ofrecían no
estaba nada mal. Para llegar desde el
aeropuerto al hotel fue tan simple como coger un autobús que sale del
aeropuerto y que nos llevan a los principales puntos de la ciudad, entre ellos
Alexanderplatz.
DÍA 1
En el
primer día en una ciudad siempre me da por ver tanto como me sea posible y
acostumbro a obviar bastante el transporte público. Recorriendo las calles de
la ciudad que visitamos podemos hacernos una mejor idea de la cultura y la
gente que vive allí. Así que en nuestro primer día en Berlín nos pusimos los
zapatos cómodos y empezamos la ruta en Alexanderplatz, lo más cercano a nuestro
hotel.
Lo que
más llama la atención de esta plaza es la gran antena de televisión, el
Berliner Fernsehtum, edificio más alto de Berlín y que dispone de un mirador a
203m de altitud que gira sobre su eje cada 30 minutos. Nos centraremos en él
cuando llegue el momento de visitarlo.
En la
plaza encontramos multitud de tiendas que la rodean así como unos grandes
almacenes, La Kaufhof Galeria. En el centro podemos ver una de las más grandes
estaciones de tren de Berlín que lleva el nombre de la plaza. También nos
encontramos con las estatuas de Marx y Engels, que se sitúan muy cerca de un
edifico histórico, el Berliner Rathaus o más comúnmente conocido como el
Ayuntamiento Rojo por el color de los ladrillos con los que se construyó. En él
se encuentran las oficinas y despachos pertenecientes al gobierno local.
En la misma
plaza también podremos ver la fuente de Neptuno y dos bonitas y curiosas
iglesias, una barroca y otra medieval.
Alrededor
de la plaza encontraremos los Die Hackeschen Höfe, conjunto urbano que incluye
8 patios llenos de bares, cafés, restaurantes y tiendas. Es perfecto para
acabar el día tomando algo o recorrer las tiendas en busca de algún souvenir,
los más comprados sin duda, los que ofrecen en Ampelmann Shore.
Finalizado
el recorrido por la plaza nos dirigimos al Berliner Dom, la catedral de Berlín
y templo más grande de la ciudad. Fue construido para intentar demostrar que
las iglesias protestantes podían ser tan majestuosas como las católicas, y es
por ello, que puede sorprender que parezca más un palacio que una catedral. La
visita a la cúpula merece mucho la pena para obtener grandes vistas. El precio
de la entrada está sobre los 7€.
Saliendo
de la catedral y cruzando el río nos encontramos con una de las calles
principales de Berlín, Unter den Linden (Paseo bajo los tilos). Si la
recorremos hasta su final nos lleva directos a la Puerta de Brandenburgo,
edificio emblemático de la ciudad y un punto de gran confluencia de turistas y
manifestaciones, pues justo al lado podremos ver la embajada americana. (Lo
comento sin maldad de ningún tipo, pero dada mi experiencia, siempre que
pasábamos por allí había gente en manifestación) Durante el paseo descubriremos
algunos de los principales edificios de Berlín, así como multitud de tiendas y
monumentos. Recomiendo llevar una guía a mano para poder ir buscando que es
cada edificio y un poquito de su historia.
Cruzando
la puerta de Brandenburgo podemos acercarnos a ver el Reichstag, parlamento
alemán. La entrada a la cúpula es gratuita y es altamente recomendable. Por
desgracia, las dos veces que intentamos entrar la enorme cola que había nos lo
impidió. Aquellos interesados en verlo deberán madrugar o sacrificar cierto
tiempo de visitas para poder acceder al edificio.
Volvemos
hacia la puerta y nos dirigimos en dirección contraria hasta llegar al
Monumento al Holocausto, un conjunto de 2711
bloques de hormigón de diversas alturas situado en el lugar en el que
años atrás se ubicaba la sede del gobierno de Hitler. Debe interpretarse como
un enorme cementerio en recuerdo a las víctimas del régimen fascista alemán.
Una vez
recorrido y sentido algún escalofrío continuamos nuestro paseo hasta Potsdamer
Platz, una plaza extremadamente moderna comparada con el camino que hemos
venido haciendo hasta ella. Lo más representativo de esta plaza es la cúpula
del Sony Center, que nos deja impresionados y con dolor de cuello de tanto
mirar hacia el cielo. En la plaza encontramos un gran bullicio gracias a los
restaurantes, cafés y bares que la rodean. Algunos la conocerán por ser el
lugar en el que se entregan los prestigiosos Osos de Oro de la Berlinale.
Podemos
aprovechar esta zona para comer ya que encontraremos establecimientos con
precios asequibles.
Seguimos
nuestra visita dirigiéndonos a un museo que nos va a llevar más rato del que
nadie pueda imaginarse, el Deutsches Technikmuseum, museo de la tecnología
alemana, cuya entrada vale 6€. En él podremos ver la historia y evolución de la
tecnología del país en diferentes exposiciones, aunque lo que más llama la
atención son las espectaculares colecciones de trenes, coches, aviones y barcos
que hay en su interior. A nosotros la visita nos encantó, aunque sé que puede
parecer aburridísimo, pero os aseguro que vale la pena.
Para
finalizar el día, al menos en cuanto a visitas nos dirigimos al Jüdisches
Museum, museo judío (en Europa hay mucha manía de cerrar los museos a media
tarde, española claro, por lo que después del cierre nos quedan unas horas
libres que podemos dedicar a pasear.)
El Museo
Judío esta ubicado en un moderno y sorprendente edificio. Nos muestra la
historia y barbarie que tubo que vivir el pueblo judío en Alemania mediante
fotografías, videos y objetos mientras una audio guía nos va dando los
detalles. El museo incluye algunas salas que nos intentan hacer sentir la
agonía, soledad y sufrimiento de dicho pueblo. Es una visita algo contundente,
al menos a nivel sentimental, pero es un museo que debe verse en la ciudad. La
entrada cuesta 5€.
DÍA 2
Este día
va a ser algo más relajado, aunque nuestras piernas seguramente seguirán
quejándose cuando llegue la noche. Nos dirigimos en primer lugar hacia el
Zoologischer Garten, zoológico de Berlín y uno de los hitos de la localidad. Si
estamos en Alexanderplatz podemos llegar a él en tren o autobús, es bastante
sencillo. Es el parque zoológico más antiguo de Alemania y recoge 15.000
ejemplares por lo que es uno de los más grandes del mundo. La entrada vale 13€,
aunque si la cogemos conjuntamente con la del acuario nos cuesta 20€.
Al salir
del parque nos dirigimos hacia
Breitscheidplatz, donde en su centro encontraremos otro de los monumentos más
conocidos de la ciudad, Kaiser Wilhelm Gedächtniskirch. Iglesia parcialmente en
ruinas que fue construida en honor al emperador Guillermo I y sufrió
contundentes daños durante la guerra. Decidieron dejarla en pié para que
recordara los efectos de la guerra y construyeron 2 edificios anexos de
cristales azules que contienen el campanario y la parroquia.
En esta
plaza encontraremos también una fuente con estatuas curiosas y gran variedad de
restaurantes y bares donde poder comer.
Posteriormente
nos dirigimos hacia la avenida Kurfürstendamm, uno de los principales puntos
comerciales tanto de la zona como de la ciudad. En la época del muro, esta era
la avenida principal de la zona oeste y Unter den Linden lo era del este.
A mitad
de esta calle encontramos el museo The Story of Berlín, otro de los que incluyo
como visita obligada. La entrada al museo vale 10€ e incluye la visita a un
bunker atómico situado bajo un centro comercial cercano. El bunker es
impresionante y aunque la explicación es en inglés, no cuesta demasiado
entender lo que el guía nos va indicando. El museo nos explica la historia de
Berlín, pero de una manera poco convencional. Nos rodearan proyecciones,
efectos de luces y sonidos, fotografías, etc. Os aseguro que pocas veces
habréis visto algo parecido y os quedará una idea muy clara de la historia de
la ciudad.
Al salir
del museo nos dirigimos a Tiergarten, mayor zona ajardinada de la ciudad. Allí
es cuestión de darse un paseo, sin hacer falta un rumbo demasiado fijo, solo lo
que nos apetezca. A lo largo del parque nos encontraremos con ríos y
embarcaderos, estatuas de filósofos y poetas y si nos dirigimos por las
carreteras seguramente lleguemos a la rotonda en la que se encuentra la estatua
Siegessaule, que representa los triunfos militares de Alemania.
Nosotros
finalizamos este día volviendo a la puerta de Brandenburgo, recorriendo de nuevo
la avenida Unter den Linden y tomando una típica cerveza alemana en uno de los
bares situados en Die Hackeschen Höfe, junto a Alexanderplatz.
DÍA 3
Por la
mañana madrugamos algo más de lo habitual y nos fuimos a los pies del
Fernsehturn, la antena de televisión situado en medio de Alexanderplatz y a la
que os dicho que volveríamos más tarde. Pues ahí vamos. Para subir a la torre
se forman colas considerables por lo que hay que intentar estar allí antes de
la apertura de las taquillas. La subida a la torre vale 12€ y se hace mediante
un ascensor, obvio, ¿verdad? A los sensibles de oídos les recomiendo paciencia
pues puede que noten cierta sensación al subir y bajar. Al llegar arriba
descubriremos unas increíbles vistas de toda la ciudad y si nos apetece podremos
tomarnos algo en el bar situado en la cúpula.
Justo en
la entrada de la torre están situados siempre los guías de la empresa
Cultourberlín. A nosotros nos los habían recomendado antes de ir ya que es una
empresa española que se dedica a hacer tours por Berlín y alrededores
totalmente en español y a precios muy asequibles. Al bajar de la torre
decidimos acercarnos a ellos y preguntar por las excursiones que ofrecían para
ver si podíamos hacer alguna. Para ese mismo día contratamos la excursión de Berlín
de Barrio por 10€ y para el siguiente y
último día la salida a Potsdam por 15€. Si haces más de una excursión te hacen
descuento, así que suele valer la pena y tienen una amplia oferta. Eso si, cada
excursión se hace unos días determinados así que si podéis mirarlo antes para
saber cuando os interesa cada una. Os dejo su Web: www.cultourberlin.com
Una vez
contratadas las excursiones nos fuimos hacia el Museo DDR, situado bajo el
puente que hay al lado de la Berliner Dom. Muestra de manera interactiva y
entretenida el estilo de vida de los habitantes de la DDR. El precio de la
entrada se sitúa en los 6€. Algo que tiene especial este museo es que nos
permiten ver y toquetear lo expuesto.
Saliendo
de la visita y viendo que era la hora ideal para hacer un típico vermut español
nos fuimos hasta Gendarmen markt donde nos sentamos en una terraza a tomar algo
y admirar la plaza. En ella encontramos 3 edificios, el teatro Schauspielhaus,
la iglesia francesa Französischer Dom y la iglesia alemana Deutscher Dom. Estas
dos iglesias son idénticas (o eso juraría yo) así que es bastante curioso ver
la vista completa de la plaza.
Para
continuar nos dirigimos al Checkpoint Charlie, una réplica de la cabina
perteneciente al puesto de control fronterizo de la Fuerzas Aliadas en tiempos
del Muro de Berlín. Aquí cuidadito con las fotos ya que si nos ven hacerlas directamente
a las personas vestidas de militares que allí se encuentran pueden hacer que
les paguemos por ellas. Una vez hayamos hecho la foto sin que nos vean, nos
dirigimos al Museo del Muro, justo al lado de donde estamos. El Mauermuseum nos
cuenta la historia de cómo 5.000 personas consiguieron cruzar el muro y huir de
la RDA. Entre los objetos y fotografías veremos como algunos métodos realmente
ingeniosos fueron utilizados con el fin de traspasar el muro. La entrada a este
museo vale 12,50€.
Al salir
del museo nos volvimos hacia Alexanderplatz para poder hacer algunas compras,
llevarlas al hotel y después comer, ya que a primera hora de la tarde
empezábamos la excursión con guía. El tour Berlín de Barrio dura 3 horas. En él
nos llevaron hasta el mercado turco de Kreuzberg y recorrimos las calles del
barrio. La guía nos fue explicando en todo momento la historia y costumbres de
los habitantes del barrio, así como datos curiosos sobre la tradición okupa en
Alemania. Después nos llevó a cruzar el río Spree enseñándonos el puente de
Calatrava, el Oberbaumbrücke, para llegar al barrio de Friedrichshain. Allí
recorrimos la East Side Gallery, el tramo de muro más largo que queda en la
ciudad.
Cuando
visitamos Berlín coincidió con el 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín
y en esa época Berlín decidió volver a pintar ese trozo de muro haciendo venir
a los artistas que lo hicieron en aquel momento. El día en que hacíamos este
tour tuvimos la grandísima suerte de coincidir con el único artista español que
pintó un trozo de muro, Ignasi Blanch con la pintura Parlo d’Amor. Lo estaba
volviendo a pintar y estuvimos charlando un rato con él y haciéndonos fotos de
grupo. ¡Fue una suerte tremenda!
La
visita acaba contemplando la sobria arquitectura socialista de la avenida más
monumental de Berlín, la Karl-Marx-Allee.
DÍA 4
La
mayoría del día lo pasamos realizando la otra excursión que habíamos contratado
con Cultourberlín. Esta excursión nos llevó hasta la ciudad de Potsdam situada
a pocos kilómetros de Berlín. Para llegar a ella cogimos el tren, que nos dejó
en la misma ciudad. De ahí empezamos el recorrido por sus calles y nos fueron
explicando su historia.
Hay que
explicar que Potsdam es una de las ciudades más bellas y señoriales de Alemania
y es gracias a Federico II que se encargó de construir en ella palacios y
jardines.
Durante
la visita pudimos ver el pueblo, la réplica de la puerta de Brandenburgo y el
puente donde la CIA y el KGB intercambiaban especias durante los tiempos de la
guerra fría.
Tras
visitar esto nos llevaron hasta el palacio en el que Stalin, Churchill y Truman
realizaron la reunión que decidiría el destino de Alemania y la repartición de
la misma que se iban a hacer.
La
última parte de la visita nos lleva a conocer el barrio holandés, plagado de
enormes casa y de lujo a doquier, así como el majestuoso palacio de Sanssouci y
otros que lo rodean que sirvieron de residencia para la dinastía Hohenzollern.
El total
del tour ocupa 6 horas por lo que cuando volvimos nos dedicamos a pasear por
los alrededores del Reichstag y tomarnos algo en uno de los múltiples bares que
hay junto al río, así como divertirnos al ver las vacas que tiene la embajada
suiza repartidas por un prado.
Esta es
mi propuesta para pasar 4 días en Berlín y volver con la sensación de que has
conocido gran parte de la ciudad y de su historia.
Si, como
comentábamos en la introducción, os queda algún día libre en la ciudad, yo
recomendaría visitar el campo de concentración de Sachsenhausen. Puede llegarse
a él mediante el transporte público o si se prefiere, contratando la excursión
con alguna empresa de guías, por ejemplo Cultourberlín. Como ya os he dicho
hacen las excursiones en español y son fantásticos.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por el tiempo que acabas de dedicar a este blog!
Si necesitas información extra que no aparezca aquí no dudes en comentármelo y haré lo posible por hacértela llegar.